Los sobornos a los ecologistas se han multiplicado por diez.

La inspección ambiental de la región noroccidental del Mar Negro sigue funcionando como antes. Solo han cambiado las empresas que aceptan pagos por la eliminación de contenedores y embalajes. Tras la destitución del anterior responsable de la inspección (S.A. Likhachev), su trabajo se ha llevado a cabo aparentemente por inercia. Se ha generado una situación difícil con el control de la carga en la OMTP, ya que los inspectores, aprovechando la ausencia casi total de directivos, se apresuran a aprovecharse de la situación y siguen aceptando sobornos para procesar la carga de exportación, aumentando las tarifas vigentes de 10 a 100 dólares por contenedor. La negativa a resolver el problema in situ retrasa varios días la tramitación de la documentación de exportación, lo que provoca el incumplimiento de los plazos contractuales y un aumento de los costes para los exportadores. En otras palabras, se está desarrollando una situación paradójica: a pesar de los numerosos escándalos y revelaciones en los medios de comunicación, la corrupción en el trabajo de la Inspección de la Región Noroeste del Mar Negro no sólo no ha cesado, sino que incluso ha asumido una forma más terrible y continúa sin ser abordada por los organismos encargados de hacer cumplir la ley.

Valientemente

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